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Si la leche se ha derramado y huele a quemado, basta con pasarla a otro cazo limpio e introducirlo en uno mayor con agua fría (un baño maría de agua fría). Si el agua corriente no sale lo suficientemente fría, añádale unos cubitos. Pasada media hora de este tratamiento, la leche habrá recobrado su sabor natural. |
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