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Si no va a comer un pescado enseguida, solicite en la pescadería que le quiten las tripas. Cuando llegue a casa, envuélvalo en papel de plata y guárdelo en la parte alta de la nevera. Consúmalo dentro de las 48 horas siguientes. En verano, más vale que lo lleve a casa en una bolsa isotérmica, de esas que se emplean para transportar congelados. |
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